Benjamin Shine, a quien le encanta experimentar con diferentes texturas y objetos para crear sus obras, ha encontrado otro uso para este tejido ligero que forma una especie de malla.
Escenas realistas e intrincados retratos llenos de luz, sombra y dimensión, que desde lejos parecían estar pintados cuidadosamente con la mejor técnica en pintura, pero una vez cerca, se observaba increíbles figuras, de entre 10 y 50 metros, elaboradas a partir de rollos de tela de tul doblada.
El artista, que en la actualidad reside en Sydney, explicó que concibió por primera vez esta idea cuando vio una bola arrugada de tul en el piso de su estudio y se dio cuenta de su potencial. “Si presionamos un pedazo de tul detrás de un vidrio, diversos tonos se hacen evidentes y a raíz de eso, empecé a probar formas y crear imágenes mediante la manipulación de los pliegues de esta tela”, comentó.